domingo, 31 de diciembre de 2017

365 de 365

Hoy, 31 de diciembre, cerramos un ciclo, cerramos un año, uno fuerte, muy fuerte en mi país, para los venezolanos no fue un año nada fácil, pero  estoy segura que a pesar de todo nos lleno de fuerza, valor, amor y ganas de seguir luchando cada vez más por lo que nos merecemos, no sólo cómo venezolanos sino como personas, yo, como muchos jóvenes estoy lejos de mi hogar, mis amigos, mi familia y mi mascota, en un país diferente rodeada de desconocidos y costumbres distintas, hoy extraño tanto mi cama como la ensalada de gallina de mi mamá, extraño a mi mamá con sus gaitas a todo volumen desde que amanece, porque los 31 mi tradición era estar con ella, me hace falta el olor a cabello planchado y a esmalte de uña fresco, en mi familia somos un montón de mujeres y eso sobra, el olor de la papa, la zanahoria y la gallina hirviendo para hacer la ensalada, esa que a mi mamá y a mi abuela les quedan tan ricas. 
Extraño la bulla y el desorden, todos de un lado de otro con los preparativos de último minuto, que "falto comprar el refresco", "en la mesa no vamos a caber", "no se le han comprado las estrellitas y cebollitas a los niños". Años y años de las mismas tradiciones que a veces pasamos por alto y hasta nos llegan a aburrir y que hoy miles de venezolanos extrañamos, a esa mesa donde no cabíamos porque eramos muchos, hoy le sobran puestos y le falta comida, en la foto familiar de todos los años falta gente.
Este año fue fuerte, mental y espiritualmente lo fue, pero, debo agradecer que me hizo crecer, me hizo entender muchas cosas y me hizo darme cuenta de cosas que antes pasaba por alto, la familia no es un amor obligado, por ejemplo, la sangre no es lo que te hace pariente, sino el corazón, tengo mi familia por sangre y la que el universo ha puesto en mi camino, a esos que llamo amigos, y que siempre doy gracias a la vida por ellos. 
En estos 365 días me tocó despedir a tanta gente que se fue de Venezuela, hasta que me tocó a mi despedirme de los que quedaban allá, mi familia, mis niñas, mi mamá, mis amigas, amigos y hermanos de resistencia. 
Este año supe lo que es salir con temor a no regresar a casa, tener miedo, mucho miedo de que alguno de mis amigos o familiares resultarán heridos o hasta muertos por defender nuestro país o por salir a comprar comida y encontrarse con un enfrentamiento, aprendí del dolor ajeno cada vez que caía un guerrero "guarimbero", supe de decepción al darme cuenta que tantos días de lucha fueron en vano, que tantos jóvenes perdieron la vida y los agresores siguen impunes, aprendí de odio y repudio hacía el gobierno, militares, guardias, policías y pare usted de contar y aunque sé que el odio es malo y no es algo que debe estar en mi vida, no lo puedo evitar, porque han acabado con mi hermosa Venezuela. Pasé noches haciendo guardia para que no atacaran mi residencia y fue cuando conocí a mis hermanos de resistencia, personas que hoy les tengo un cariño enorme.
Este año conocí a alguien especial, alguien a quien deje entrar en mi vida y que "fluyera" una persona que en tan poco tiempo me marco y me enseñó tantas cosas, como que no está tan mal ser una princesita siempre y cuando sea una guerrera y siga luchando por mis ideales, una persona de la cual me tuve que despedir cuando me tocó a mi, salir del país.
   Hoy 31 de diciembre estoy en otro país lejos de mi casa y a pesar de todo tengo mucho que agradecer, porque este año me hizo más fuerte, este año forjo guerreros en Venezuela, este año me dio valor y me dio razones de sobra para seguir luchando por mi futuro, el de mi familia y el de mi país, este diciembre me faltaron muchas cosas, sobre todo abrazos de las personas que quiero, pero lo que hoy me falta tengo la certeza de que mañana me va a sobrar, sé que mi Venezuela pronto volverá a ser la de la antes y junto al fuego nos reencontraremos todos. 
Pero cómo dicen que cuando el camino se pone duro, sólo los duros caminan, toca seguir en el exterior viviendo una nueva aventura con las mejores vibras, conociendo lugares, culturas y personas nuevas, por cierto, no me gustan los tamales de Colombia (sorry) 

Esta noche brindaré por los caídos, por sus familias, por mi familia, por mi país y por todos los venezolanos que nos encontramos lejos de nuestro hogar por una u otra razón.
Feliz año para ti que leíste esto, las mejores vibras y mis mejores deseos que tengas un 2018 próspero, nunca dejes de luchar.
Don't worry, be happy and stay strong.
Kare Arévalo.

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